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En el patio de la cocina tienes una caseta con mesa y sillas. Puedes sacarlas a la calle y disfrutar del aire de pueblo. Eso sí, por la mañana deja espacio: los restaurantes reciben mercancía. Pero de noche… ¡la calle es tuya!
Justo detrás de casa, cruzando el arco de tierra (o de San Miguel), se encuentra el antiguo puerto. Es el sitio ideal para ese baño rápido al atardecer, antes del vermut o de una buena charla en el patio
Toda la isla está salpicada de calas cristalinas. Ponte las gafas de buceo, coge el tubo… ¡y sumérgete! Estás en una reserva marina, así que sé parte del entorno: nada con respeto, escucha el silencio del agua y deja que el mar te cuente sus secretos
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